martes, 11 de marzo de 2008

Ars moriendi

Das Mädchen
Vorüber, ach, vorüber!
Geh, wilder knochenmann!
Ich bin noch jung, geh, Lieber!
Und rüher mich nicht an.

Der Tod
Gib deine Hand, du schön und zart Gebild!
Bin Freund und komme nicht zu strafen.
Sei gutes Muts! Ich bin nicht wild,
Sollst sanft in meinem Armen schlafen!

[La doncella
¡Ay, pasa de largo!
¡Vete, cruel esqueleto!
Soy todavía joven. ¡Vete, amado,
y no me toques!

La muerte
Dame tu mano, bella y delicada criatura!
Soy tu amigo y no vengo a castigarte.
¡Alégrate! No soy cruel,
vas a dormir dulcemente en mis brazos].

(Matthias Claudius. Trad. de Fernando Pérez Cárceles)

Fue en 1817 cuando Schubert compuso el lied Der Tod und das Mädchen (D.531). Tras una lenta introducción (que luego usó para escribir su famoso cuarteto D.810, conocido como La muerte y la doncella), el texto se ataca con precisión, de forma apresurada, denotando una huida. El cambio de ritmo es apuntado fielmente por el piano. La segunda estrofa se interpreta con solemnidad, con un ritmo lento y seductor que nos hipnotiza: la muerte (en alemán, masculino) se compara con un dulce sueño, no es nada terrible, y su voz nos seduce con notas graves .
Este tema de la muerte seductora había sido cultivado por Schubert en 1815 en otro célebre lied, Erlkönig (D.328), esta vez sobre un texto de Goethe. Las intervenciones de este misterioso rey que representa a la muerte son siempre precisadas con una voz impostada, casi de suave falsete. El propósito es, de nuevo, seducir al niño para atraerlo por medio del encantamiento:

(...)
"Du liebes Kind, komm, geh mit mir!
Gar schöne Spiele spiel' ich mit dir;
Manch' bunte Blumen sind an dem Strand,
Meine Mutter hat manch gülden Gewand".

(...)
"Willst, feiner Knabe, du mit mir gehn?
Meine Töchter sollen dich warten schön;
Meine Töchter führen den nächtichen Reihn
Und wiegen und tanzen und singen dich ein".

(...)
"Ich liebe dich, mich reizt deine schöne Gestalt";

(...)

[...]
"Querido niño, ¡ven, ven conmigo!
"Jugaré contigo maravillosos juegos.
"Flores de todos los colores hay en la ribera,
"mi madre tiene muchos vestidos dorados".

[...]
"Lindo chico, ¿quieres venir conmigo?
"Mis hijas deben estar esperándote.
"Mis hijas te llevarán al reino de la noche
"y te acunarán con danzas y canciones".

[...]
"Yo te amo, me atrae tu hermosa figura;

(Trad. de Fernando Pérez Cárceles)

En ambos lieder nos podemos preguntar por el sendero que conduce hacia la muerte, cómo es el camino, con qué ropajes nos atrae. En todos los casos, el arte siempre la sublima.

1 comentario:

Yakarta dijo...

Ahora sí... Escucharlo y leerte es trasladarse a otro mundo.. El universo mágico de la música, tan lejano, a veces...
Mil gracias. Un beso