Por una de esas curiosas paradojas del destino, ayer pudimos escuchar sin cortes de ningún tipo la transmisión desde Bayreuth del Siegfried de Thielemann a través del Canal Verdi.
Es una lástima que a Stephen Gould le falte el fuelle de los grandes Sigfridos de los años cincuenta. Ciertamente, se necesita una voz muy resistente y con mucho fondo para aguantar a un gran nivel durante la continua aparición del personaje en toda la representación... pero es lo que hay, según parece.
Ventanas nuevas
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Que para abrir nuevas puertas habrá que cerrar ventanas no es una enseñanza
fácil...
Todo el mar en mi ventana, solía decir mi madre. Tenía yo nueve años ...
Hace 9 horas