Por una de esas curiosas paradojas del destino, ayer pudimos escuchar sin cortes de ningún tipo la transmisión desde Bayreuth del Siegfried de Thielemann a través del Canal Verdi.
Es una lástima que a Stephen Gould le falte el fuelle de los grandes Sigfridos de los años cincuenta. Ciertamente, se necesita una voz muy resistente y con mucho fondo para aguantar a un gran nivel durante la continua aparición del personaje en toda la representación... pero es lo que hay, según parece.
QUE ME ASPEN SI LO ENTIENDO
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se disolviera. Fin, pues, de la guerra fría. Sin embargo, la OTAN siguió
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Hace 6 días
3 comentarios:
Sí, ya pocos quedan como Siegfried Jerusalem
¿Dónde andas que ya no escribes?
Decía el poeta Miguel Fernández que agosto era un mes difunto. Algo parecido pienso yo. No es, en mi caso, un mes creativo. Como tierra en barbecho, así concibo este mes. Pronto llegará septiembre con sus frutos (es el mes de la vid) y se acercará el tiempo de los estudios nobles.
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