sábado, 5 de enero de 2008

Pascal Quignard (II)

Hablaba ayer de dos libros de Quignard editados por Funambulista y aludía a un tercero que sigue agotado desde hace unos pocos años. Me refería, como alguno habrá adivinado, a Todas las mañanas del mundo. Esta novela corta fue publicada por Debate en 1992 coincidiendo con el estreno de la película de Alain Corneau. La traductora no era otra que la célebre Esther Benítez.
Pues bien, al poco de editarse La frontera y La lección de música le escribí un correo a Enrique Redel para conocer si tenían la intención de publicar el libro agotado de Quignard. El momento era propicio por dos motivos principales: el estado de la obra y el hecho de que Debate acababa de anunciar que dejaba de editar ficción para centrarse en el ensayo. Enrique no quiso entonces comprometerse, pero me respondía que podía haber alguna sorpresa. Ésta me llegó, a mi pesar, en mayo, cuando Enrique nos escribía a todos los libreros un correo en el que expresaba su decisión de abandonar la editorial.
Por suerte, su silencio fue breve, ya que después del verano un nuevo sello editorial llamado Impedimenta llegaba a las librerías con la misma calidad que su anterior iniciativa.
De nuevo, habrá que volver a insistirle sobre la necesidad de que en el catálogo de Impedimenta incluya esa obra de Quignard.

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