miércoles, 22 de abril de 2009

Taedium vitae

¿En qué estado me deja la Semana Santa que no siento deseos de escribir? Si durante la Semana de Pasión estoy que no estoy, padeciendo un trance lleno de gozo, la semana de después sufro una especie de síndrome de Stendhal que me incapacita para cualquier actividad que no sea el recuerdo y la "digestión" de todo lo vivido. Uno se encuentra ausente, y el tedio se apodera de nuestra vida con desacostumbrada insistencia.

¡Feliz día del libro! A todos.

5 comentarios:

Mery dijo...

El síndrome de Stendhal he comprobado que se muestra en múltiples variantes; una es la que describes, sin duda. Otras veces ocurre tras leer un libro magnífico, o haber visitado un lugar donde nuestras vivencias hayan sido interesante.

Estoy segura de que no tienes taedium vitae, no sé por qué.

Un abrazo

Fernando dijo...

Dear R:

Si saliste en todas las procesiones que nos anunciaste no me extraña que, dos semanas después, sigas agotado.

Es broma.

¿Abriste tu librería por la noche de anoche, la noche de los libros, como los libreros horteras de Madrid? En mi oficina montaron un pequeño mercadillo, podías llevar un libro e intercambiarlo con otro. ¡¡Esto en una oficina adminstrativa, donde un alto % de la gente apenas sabe leer y escribir!! Admirable.

Rafael G. Organvídez dijo...

Mery, como dices, hay distintas variantes. Y te puedo asegurar que ésta actúa sobre mí incapacitándome para expresar cualquier emoción.

Y no es un cansancio físico, sino espiritual, Fernando.

En cuanto a abrir librerías por la noche, aún no ha llegado esa moda a Sevilla, pero ya veremos... En cualquier caso, la decisión nunca dependería de mí sino de la dirección de mi empresa.

Un fuerte abrazo

Mery dijo...

Entonces este síndrome te ha llegado con mas virulencia de lo que imaginaba.
Bueno, no está mal disfrutar de un tiempo de contemplación o de ensimismamiento.
Un abrazo

Manuel Del Pozo dijo...

Me alegra que te hayas decidido a dedicarnos unas palabritas en tu blog. Espero que te pase pronto esa melancolía post-pascua. Yo me regalé un libro el 23 de abril, un ritual que repito todos los años sin falta. Un sincero saludo.