viernes, 16 de enero de 2009

El síndrome del escritor

(A mi amigo Andrés)

Una de las pocas certezas que tengo en mi profesión es el convencimiento de que la mayoría de los escritores -y también muchos editores- está aquejada de una discapacidad visual que le impide distinguir su último libro en las mesas de novedades de las librerías. Entre tanta cantidad de libros, sólo tienen ojos para sus directos competidores en la arena de papel.
El último caso que recuerdo ocurrió en diciembre con Andrés Pérez Domínguez, que me preguntaba extrañado dónde teníamos su última novela, El síndrome de Mowgli, pues no la veía a pesar de que la teníamos de frente en la zona central de la sala de venta.

3 comentarios:

Andrés Pérez Domínguez dijo...

Sí, Rafael, es un problema visual que tenemos la mayoría de los escritores. Lo sé por mí, y por lo que me cuentan algunos colegas. Entramos en una librería, y, como los busquemos, muchas no somos capaces de ver nuestros libros. Pero es que pasa también cuando nos ponen en el escaparate. Tal vez se deba a algún miedo a que no nos tengan en cuenta, o que los libros de los demás nos parece que están colocados mejor que los nuestros. Me acuerdo esa anécdota de diciembre, es verdad. Entré en la Casa del Libro, nos saludamos, la tienda abarrotada, y te dije: Rafael, ¿y mi libro? Y allí estaba, es verdad, muy bien colocado, a la altura de los ojos. En fin. Cosas que pasan. Un abrazo,

Anónimo dijo...

lo que no sabe mucha gente(o no quiere saber)es que los libros que se compran,cuantos,cuanto tiempo se les da antes de devolverlos y donde se colocan generalmente lo decide un cateto que con suerte sabe leer y desde su despacho decide todo esto y mas cosas...

Andrés Pérez Domínguez dijo...

Por desgracia es así. Y algo más triste: encontrar editores que sepan de literatura o la aprecien es cada vez más difícil.