lunes, 27 de octubre de 2008

Pequeñeces

A mi hija mayor, Claudia, esta tarde se le ha caído un diente. Veníamos de celebrar el cumpleaños de una amiga de su colegio y, mientras me disponía a atender un asunto cotidiano, me llamó alarmada y contenta por la pérdida. La noche entonces ha dado un giro en su argumento y nos ha obligado a repetir el rito de todas las infancias desde hace un siglo: antes de acostarnos hemos guardado el diente debajo de su almohada y, en un platito en el suelo junto a la cama, hemos dejado un poco de queso para el ratón Pérez. Sé que lo que voy a decir no es nada nuevo, pero querer ser original es de soberbios. Mientras preparaba todo a escondidas de mi hija -regalo incluido- me sentía como un nuevo actor que interpretaba un guión escrito por el Padre Coloma. El escenario: el tiempo sin tiempo de mi hija.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bella cosa estos mitos que vamos entretejiendo en la vida de los pequeños...

maria jesus dijo...

Son buenos recuerdos de la infancia, como reserva, para los dias grises de la madurez.

Mery dijo...

Es muy tierno esto del primer diente, la ilusión en los ojos de tu hija, su esperanza nocturna.
El ratoncito Pérez es, creo, el personaje mas adorado de mi infancia.
Que lo disfrutéis mucho.

Anónimo dijo...

Su prima Marta que solo tiene 3 años pide que venga en ratoncito Perez.....pero no se le caen los dientes , asi que tendrá que esperar