Se llama Tonico y toca la viola de gamba. Muchas noches al cerrar la librería me lo encuentro sentado en su sillita portátil junto a nuestro escaparate. Nos trae los aires franceses de Marais y Forqueray, el alegre optimismo de Abel o el delirante humor de Hume. A veces hablamos del instrumento y de su música, de intérpretes, de formas de tañer la viola, de la precisión del ataque... Otras, sólo me quedo a escuchar una breve pieza antes de decirle adiós con la mano.
Con la Reina...
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Vivo sin vivir en mí, de trabajar a dormir y de dormir a trabajar, pero el
pasado martes mi rutina se rasgó con todo un sueño de princesas, porque
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Hace 6 horas
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