Por una de esas curiosas paradojas del destino, ayer pudimos escuchar sin cortes de ningún tipo la transmisión desde Bayreuth del Siegfried de Thielemann a través del Canal Verdi.
Es una lástima que a Stephen Gould le falte el fuelle de los grandes Sigfridos de los años cincuenta. Ciertamente, se necesita una voz muy resistente y con mucho fondo para aguantar a un gran nivel durante la continua aparición del personaje en toda la representación... pero es lo que hay, según parece.
Como para tener prisa en morirse
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No sé cuántos años hace que conozco a Manuel, pero más de treinta, por lo
menos. Manuel es una de esas viejas y sólidas amistades, otra de tantas,
que ...
Hace 2 días