Instante

Ayer presentamos en la librería el libro Instante, de Eduardo Jordá, quien leyó media docena de poemas publicados en la ya extinta colección Vandalia de la Fundación Lara. Asistió un escaso público, casi todos amigos del poeta.
Me gusta cómo Eduardo lee sus poemas: no se lo dije, pero los llena de silencios, no pierde el ritmo durante la lectura y, lo que para mí es muy importante en una lectura a media voz, no
se queda desfiatado.
Los poemas de la sección primera -escritos a raíz de un viaje a Filipinas- fueron explicados con mucho sentido del humor, recordando en algún caso a nuestro común admirado Gil de Biedma y su Pacífico Ricaport.
De la segunda tanda de poemas me quedo con el que lleva por título Semana Santa, un texto escrito a partir de la idea de Steiner de que en la actualidad vivimos como en un Sábado Santo, a la espera del milagro de la resurrección, un tiempo de incertidumbre para muchos y de fe para los menos.

Feliz reedición

Me acaban de llegar noticias de que Espasa -que ya había publicado algunos títulos de Quignard (Las tablillas de boj de Apronenia Avitia, Terraza en Roma, Vida secreta y Villa Amalia)- va a editar Todas las mañanas del mundo.
En la entrevista que apareció en el último Babelia el autor da en la clave de la relación entre la música y la literatura: el puente que las une es la lectura:
"Cuando se lee, se escucha".

Por cierto, echo en mi zurrón la última recomendación de mi buen amigo Fran: Las sombras errantes, Elipsis, 2007.